MATE, REYES
Hoy soplan malos vientos para la filosofía de la historia pues se la ve como la justificación ideológica de los totalitarismos políticos o como la reedición del viejo mito gnóstico, aquel que despreciaba la bondad de la realidad presente en nombre de un inexistente paraíso futuro. Pero, pese a todos sus abusos religiosos, profanos, idealistas o postidealistas, la filosofía de la historia sigue tan actual y desafiante como las preguntas que le dieron origen: -qué sentido tiene la acción del hombre en la historia?, -cuál es el sentido de tanta muerte y sufrimiento por él causado?; a la vista de tanto horror y sinsentido ¿es el hombre protagonista de la historia y dueño de su destino?