FRANZOSINI, EDGARDO
Durante su viaje a Chartres tras la pista de una novela inédita de Marcel Schwob, el narrador descubre, gracias al sobrino nieto del editor de Jules Verne, la otra catedral de esta ciudad: una construcción que el fundidor y guardián de cementerios Raymond Isidore levantó en honor de Nuestra Señora, por haberle hecho recobrar la vista. Picassiette (de Picasso y assiette, plato), que es como sus conciudadanos llaman a este personaje, recogía incansablemente en los vertederos trozos de platos, vasos y tazas de colores para recubrir su insólita casa situada en una parcela de las afueras. Allí, en un barrio tranquilo, la Maison Picassiette sigue hoy sorprendiendo a quienes la visitan.