FREUD, SIGMUND
«He sucumbido, como otros, a la atracción que irradia de este grande y enigmático hombre.» Esto lo decía Freud y tal vez sea eso lo que mejor explica por qué Meyer Schapiro no reprocha a Freud la construcción de una figura soñada de Leonardo. El enigma y el haz único de hipótesis mediante las cuales Freud cree haberlo resuelto bien pueden exponer el libro a la crítica de ser una «novela psicoanalítica», pero el retrato no es en absoluto el fruto de un sueño o un mito. Dejemos a Freud la tarea de concluir: «-no cabe escandalizarse por los resultados de una indagación que concede a las contingencias de la constelación parental tan decisivo influjo sobre el destino de un hombre ( )?