CARLOS ARTURO ARBELAEZ CANO
Hoy Colombia, a quien dedico estas reflexiones, presenta la misma escena de hace tantos años; se manifiesta con las mismas movilizaciones populares. Los llamados peyorativamente "vándalos", enfrentados a los mismos escuadrones antidisturbios mandados por los "bandidos" del "establecimiento", agazapados detrás de generales que ostentan y ostentaron, tantas estrellas como pezuñas.Persisten los motivos de la gente para manifestarse. Las plazas públicas se llenan de estudiantes, trabajadores y ciudadanos en el calor de la fraternidad y la convivencia pacífica, exigiendo el cumplimiento de los pactos que se incumplen reiteradamente por gobiernos incompetentes, mentirosos y cómplices de las corporaciones, que abusivamente depredan la riqueza y el trabajo de esta Nación.Este escrito busca aportar referentes sobre lo que hoy sigue siendo vigente en nuestro país en el bicentenario de su independencia, si es que se puede entender como un estado independiente, y si vale la pena celebrar estas efemérides recordando los tiempos aciagos de la invasión y el desplazamiento forzado que no cesan.El libro puede leerse sin ningún orden capitular. El orden que escojan los llevará, en todo caso, a acumular motivos para pensar en la patria como un espacio vital en el que confluyen los choques ideológicos del pasado y del presente, del colonialismo y el neoliberalismo en marcha.Dedico pues este libro a mi país: pueblo, territorio e instituciones, porque es desde la raíz de su historia y su tragedia de donde he podido beber y degustar mi nacionalidad.