GARY LACHMAN
A comienzos del siglo XVII surgió en Occidente un nuevo modo de conocimiento que poco a poco fue dominando todos los campos del saber. La ciencia comprendía cada vez mejor la exterioridad física del mundo, que a su vez fue despojándose paulatinamente de todos los arquetipos y cualidades que poseía para convertirse en una realidad exclusivamente material y mecánica de causas y efectos. El ser humano adquirió una tecnología y unas comodidades que jamás hubiera podido imaginar en el pasado, pero esto tuvo un precio: el mundo fue perdiendo su «interioridad», su alma, y todo su sentido teleológico, así como el verdadero potencial de la imaginación.