SEBASTIÁN QUIROGA
Las bebidas alcohólicas han estado siempre presentes en la historia de Colombia; sin embargo, fue entre 1880 y 1930 cuando se experimentó el mayor cambio en la forma de consumirlas, especialmente en Bogotá. Este libro busca entender cuáles fueron las fuerzas que definieron esta transformación, proponiendo una explicación alternativa a la que plantea la tradición nacional. Da cuenta de una sociedad que redefinió muchas de sus prácticas y representaciones a partir de la forma en que sus ciudadanos consumieron cerveza, whisky, vino, aguardiente y chicha en Bogotá.