Tomas Tranströmer
Tranströmer ha compaginado durante toda su vida el trabajo de psicólogo en centros penitenciarios y hospitales con la escritura de poemas, intentando transmitir cierto orden al mundo. Con un estilo propio, de «gestos pequeños», se interesó por los paisajes, la naturaleza, la psicología y los sueños. Como señala Carlos Pardo en el prólogo: «Hay poetas que nos hacen más inteligentes, más despiertos, que nos vuelven sutiles o sentimentales o contradictorios. Tranströmer nos coloca en el mundo, en eso que llamamos realidad y que se diferencia del realismo en que la realidad carece de sentido. Pero nos hace sentir fascinación por existir en él»