LING, HÉLÈNE / SALAS, INÈS SOL
La obra literaria se ha ido transformando poco a poco en un objeto obsoleto, con un contenido predecible y un lenguaje dócil, manejable; en un academicismo de la trivialidad. Para captar a un público cada vez más disperso, las industrias culturalesnimponen sus formatos. Lo que ahora se conoce como u00abficciónu00bb integra la novela, el cuento, la película, las seriesu2026 En la cadena de producción de u00abcontenidosu00bb, el libro solo es un elemento más.nHace años que los saturados estantes de las librerías están ocupados por novelas destinadas al éxito: firmadas por nombres conocidos o envueltas con la faja de algún premio literario. Estos títulos que tanto espacio ocupan no son solo un síntoma de la sobreproducción editorial. Su marcado aire de familia evidencia la uniformización enncurso. La práctica de la escritura está cada vez más codificada, responde a una lógica de marketing, es intercambiable. u00bfDe dónde procede esta estandarización y esta uniformización? u00bfEs culpa del público lector? u00bfDe la supuesta u00abdemocratización de la literaturau00bb? u00bfDe las políticas editoriales?nHiperconcentración editorial, mayor proletarización de los implicados en el libro, depreciación simbólica del escritor, formato comercial del estilo literario, influencia de las redes sociales en la crítica: todos estos fenómenos, analizados aquí, participan de la disolución de la idea misma de escritura en u00abla temporalidad del producto culturalu00bb.