WULF, ANDREA
Los antiguos babilonios la llamaban Ishtar, para los griegos era Afrodita y para los romanos, Venus, la diosa del amor, la fertilidad y la belleza. Es el astro más brillante del cielo nocturno, visible incluso en un día despejado. Algunos lo vieron como el heraldo de la mañana y de la tarde, de nuevas temporadas o de tiempos portentosos. Reina como la u00abestrella matutinau00bb o u00ablucero del albau00bb durante doscientos sesenta días, y luego desaparece para reaparecer como u00abestrella vespertinau00bb. Venus ha inspirado a la especie humana durante siglos, pero en la década de 1760, los astrónomos creían que el planeta tenía la respuesta a una de las preguntas más importantes de la ciencia: era clave para conocer el tamaño del sistema solar.