CHRIS VAN ALLSBURG
El expreso polar es un tren de vapor que viaja hacia el Polo Norte en nochebuena. Un niño cree que su amigo está equivocado al decir que San Nicolás no existe por lo que este tren, con destino al Polo Norte, lo recoge frente a su casa la víspera de Navidad. Al montarse en el tren se percató que había una enorme cantidad de niños vestidos con ropa de dormir. Durante el camino cantaron cánticos de Navidad y comieron turrones. Al llegar al Polo Norte, se encontraron con San Nicolás y él escogió al niño para otorgarle el primer regalo de Navidad. De todas las cosas que podía escoger, le pidió a San Nicolás un cascabel plateado de su trineo, solo por recordar ese mágico sonidos de la Navidad. Con el cantar de las campanas de un enorme reloj, San Nicolás desapareció entre las alturas y todos los niños volvieron a abordar el tren. Una vez allí los demás pidieron ver el cascabel y es en ese instante cuando el niño descubre que lo había perdido. Buscar y buscaron y nunca lo encontraron. Muy triste el niño volvió a su casa sin el cascabel. A la mañana siguiente, el día de Navidad, el niño y su hermana Sarah abrieron sus regalos, entre los cuales encontraron una pequeña caja con el cascabel plateado y una carta firmada por el Sr. N. Al agitar el cascabel los niños escucharon un fantástico sonido pero el padre y la madre no escucharon nada. Aunque el cascabel dejó de sonar para algunos, para el niño aún suena tal y como suena para aquellos que verdaderamente creen en la Navidad.