Lev Tolstoi
En 1851, cuando Tolstói tiene veintidós años, emprende un viaje al Cáucaso para unirse como cadete a la línea defensiva rusa en la guerra contra los turcos. El tiempo que pasó allí lo marcará para toda la vida y servirá de inspiración para sus primeras novelas. Mitad estudio etnográfico, mitad cuento moral, esta novela posee una importancia artística e ideológica en la obra de Tolstói. La clara belleza de los paisajes sobre los cuales resaltan las inolvidables figuras de los cosacos -- el viejo Yéroshka, Lúkashka y la bella y serena Mariana--, la intensa penetración psicológica del hombre elemental y la forma directa de transmitir la épica hacen de esta novela una obra maestra.