ZULETA, ESTANISLAO
La actualidad del tema del poder se revela en estas lúcidas indagaciones basadas en la lectura de cuatro obras de Shakespeare: Ricardo III, Macbeth, Otelo y La tempestad, las cuales nos muestran que su complejidad se extiende desde las singularidades de sus agentes, sus sicologías, sus historias y por supuesto la naturaleza de las sociedades donde el poder se configura como tal, hasta las perversiones más extremas que proyectan y explican sus formas más agudas. Un Ricardo III, por ejemplo, se nos presenta aquí como un espejo de fenómenos presentes de apego al poder, y de la máxima eficacia en la lucha por poseerlo, derivadas del sentimiento de sus agentes de ser excepcionales y por ende de estar eximidos de la culpa por las atrocidades ligadas a su ejercicio. Hasta el extremo de que se llega a no aprobar la vida, en tanto transgrede el sentido del amor convertido en la sospecha de un posible atentado, y el poderoso se convierte en un ser ante todo temido, que en el fondo resulta odiándose a sí mismo. O, en el caso de Macbeth, donde el poder es el extravío vital de quien fracasa al triunfar: en el logro de sus cometidos de fuerza y sumisión de quienes lo rodean, solo encuentra su derrota personal más profunda. O, como Otelo, el poder de los celos carcome la vida entera, cuando el amor narcisista se impone y obnubila hasta convocar a la propia destrucción. Por último, leyendo La tempestad, estas hondas reflexiones se refieren a los caminos paradójicos que se impone la vida cuando afronta extravíos como los anteriores, y solo a través del arte, y del retorno provisional a una aparente locura, se restablece una valorización de la vida por encima de todo.