LUIS GRUSS
En Puente colgante un hombre vuelve al balneario perdido de la infancia. Repasa así sus recuerdos una familia en apariencia bien constituida, un amor que fueron todos sus amores. Con la mirada puesta en el pasado, el narrador nos habla del hombre en que se ha convertido y busca las raíces de su desesperación de su esperanza en el lugar donde imagina que se unen los fragmentos esenciales de su vida. El puente que levanta con las palabras, a la manera del puente colgante suspendido por treinta y dos cables de fabricación inglesa, nos transporta por fuera del tiempo a un tiempo anhelado, universal.