CLAROS RÍOS, ALVARO JOSÉ
Porque eso es lo que queda, el círculo que siempre late en el fondo: por más que uno se esfuerce, que se retuerza, por más que uno cambie, siempre vuelve a la misma parte, retorna al mismo estado, porque solo se patina, no se avanza. Porque siempre está ahí: es la tentación de la renuncia, la llamada del fracaso. El deseo de pararse en cualquier esquina con un parlante y una botella de alcohol bara-to. Como el hipnotismo que siente el ojo ante la fogata encendida. Eso es el punk. La puta fuerza que después de comer mierda nos permite sonreír como si fuera caviar. La semilla que estalla y brilla en el fondo de la hoguera. La raíz de la que se cuelga un río. El punk es la flor ascendente entre tanta porquería.